martes, septiembre 18, 2007

Los verdaderos héroes I

Bienvenidos pastores y pastoras a esta sección en principio semanal que va a tratar de explicar las vicisitudes sobre este mundo que de repente ha sacudido España, la Fórmula 1.En esta primera entrada no voy a hablar sobre 800 folios de copistería de barrio, ni de guerras internas, ni de novias de Luises y demás farándula que tanto interesan a los diarios sensacionalistas y al aficionado salsa-rosero.Esta primera entrada la voy a dedicar a aquellos pilotos que perdieron su vida en un circuito.Pilotos que con su muerte han conseguido que accidentes como el de Robert Kubica en Canadá, no tengan más consecuencia que la de un esguince de tobillo.La mayoría no son conocidos por el gran público, pero no todos los pilotos muertos se llaman Ayrton Senna o Gilles Villeneuve.

Helmut Koinigg: una de las muertes más trágicas de la F1, por la manera en la que se produjo. GP de EEUU de 1974. Se cree que uno de los neumáticos del monoplaza estalló y el coche de Konigg impactó frontalmente contra el guardarraíles, de forma tan violenta que la parte inferior fue perforada y la parte superior quedó intacta. El coche de Konigg atravesó las protecciones y el guardarraíles le decapitó. Cuando los comisarios fueron a recoger su casco, vieron que su cabeza estaba dentro.

Ronnie Peterson: Gran Premio de Italia de 1978, circuito de Monza. Aquí se produjo una de las salidas más accidentadas que se recuerdan. Peterson estuvo involucrado en ella. Su coche quedó envuelto en llamas, y otros pilotos como Regazzoni y Depailler intentaron liberarlo de su coche que estaba envuelto en llamas.Al sacarlo, se vio que sus piernas estaban seriamente dañadas. Las ayudas tardaron más de 20 minutos en llegar. Al llegar al hospital, Peterson tenía 17 fracturas en una pierna, y 3 en la otra. Pese a que inicialmente estaba fuera de peligro, sufrió una trombosis general y falleció al alba.

Jim Clark: muerte mediática, aunque no tanto como la de Ayrton Senna. 1968, Formula 2, circuito de Hockenheimring, Alemania. Su coche se estrelló contra un árbol por causas que aún se desconocen, aunque todo apunta a una pérdida de presión en una rueda trasera. Lotus y él eran imparables.

Jim Clark en su Lotus.

Lorenzo Bandini: 1967, Gran Premio de Mónaco. Yendo segundo perdió el control de su monoplaza y se estrelló en la chicane del puerto. Su coche volcó y se incendió quedando el piloto atrapado en el interior. Falleció 3 días después a causa de las lesiones que sufrió.

Tom Pryce: se considera el mejor piloto de F1 que nunca ha ganado un GP. Falleció en el GP de Sudáfrica de 1977, en un trágico accidente en el que murió además uno de los comisarios.

Ricardo Paletti: 1982, GP de Canadá. Una de las muertes más angustiosas de la F1. En la salida el coche de Pironi queda parado y Paletti no consigue esquivarlo. Choca contra la parte trasera del coche de Pironi. Paletti queda atrapado en su monoplaza, inconsciente y con el tórax destrozado. Cuando las asistencias y el propio Pironi van a ayudarle, el tanque de combustible del coche de Ricardo estalla. Durante varios largos y angustiosos minutos, nadie pudo sacarle. Falleció poco después en el hospital.

Ayrton Senna: llegamos a la muerte más mediática del gran circo. Yo voy a tratar a Senna como al resto de pilotos. Odio ese circo que anda montado alrededor de su muerte y de su persona. Si hubiera sido novio de Lady Di, sería estudiado por nuestros hijos en los libros de historia. Año 1994, GP de Monza, curva de Tamburello. Según las recientes investigaciones del National Geographic, un inesperado derrape hace que Ayrton pierda el control y se estrelle a 300 km/h. Una de las ruedas golpea su cabeza y le causa enormes daños en el cráneo. Es trasladado al hospital en estado de coma, donde fallece algunas horas después.

Roland Ratzenberger: un día antes de la muerte de Senna, la más conocida, se produjo una de las más desconocidas. 1994, sesión de calificación para el GP de Monza, Ratzenberg se convierte en el primer piloto después de 12 años en morir en un GP. Se estrelló a 300km/h en la curva Gilles Villeneuve.

Ratzenberger tras el accidente mortal.

Gilles Villeneuve: conducía al límite y decía no temer a la muerte. GP de Bélgica, 1982. También durante una sesión de clasificación en la que chocó con el monoplaza de Jochen Mass. Tras el choque, salió disparado del habitáculo chocando con el asfalto y las protecciones. Quedó inconsciente y fue trasladado al hospital, donde murió por las graves heridas que le había causado tal accidente.

Wolfgang von Trips: podría haber sido el primer piloto alemán en conseguir el campeonato del mundo de pilotos. No obstante, durante el GP de Italia de 1961, chocó con el Lotus de Jim Clark. Su coche voló por los aires colisionando con las barreras de protección y con otros 12 espectadores que allí estaban de manera ilegal y que también perdieron la vida. Ése mismo día iba a coger un avión rumbo a EEUU que también se estrelló.

Roger Williamson: GP de Holanda de 1973. El joven Roger disputaba su segunda carrera en F1 cuando tuvo el accidente que le costó la vida. Su coche quedó volcado y envuelto en llamas. David Purley, su compañero, trató de ayudarle, pero desgraciadamente fue el único que lo intentó. No pudo más que ver cómo su compañero moría carbonizado.

Estos son algunos de los verdaderos héroes de la F1. Esas personas más o menos conocidas, que con sus vidas han conseguido que este deporte tenga las medidas de seguridad que tiene ahora. Me he dejado algunos, muchos, que pondré en próximas entregas.
Así pues, en estos días en los que la F1 vive conmocionada por los despachos, con documentos, leyes y demás parafernalia estúpida, les hago un sincero y sentido homenaje a esos pilotos que conmocionaron a la F1 donde hay que hacerlo, en el asfalto, con entrega y pundonor…enseñándonos a todos el límite de lo humanamente posible.

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